Xavier Villaurrutia, el poeta correspondiente al grupo de los Contemporáneos escribió algo inspirado en el canto V de La Divina Comedia de Dante Alighieri, por supuesto que este palimpsesto no pasó desapercibido para José de la Colina, quien años después de escribir el cuento Amor condusse noi recibió el premio que lleva por nombre el de nuestro poeta mexicano. Esperen, tarda un poco en empezar. Abajo puse un pequeño poema de mi autoría, me atreveré a pedirles que lo lean con la música que queda, después de haber disfrutado los versos de quien fuera Jefe de la sección teatral del Departamento de Bellas Artes.
Amor condusse noi ad una morte de Xavier Villaurrutia
musicalizado por Manuel Zardaín.
AMOR CONDUSSE NOI AD UNA MORTE
Amar es una angustia, una pregunta,
una suspensa y luminosa duda;
es un querer saber todo lo tuyo
y a la vez un temor de al fin saberlo.
Amar es reconstruir, cuando te alejas,
tus pasos, tus silencios, tus palabras,
y pretender seguir tu pensamiento
cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas.
Amar es una cólera secreta,
una helada y diabólica soberbia.
Amar es no dormir cuando en mi lecho
sueñas entre mis brazos que te ciñen,
y odiar el sueño en que, bajo tu frente,
acaso en otros brazos te abandonas.
Amar es escuchar sobre tu pecho,
hasta colmar la oreja codiciosa,
el rumor de tu sangre y la marea
de tu respiración acompasada.
Amar es absorber tu joven savia
y juntar nuestras bocas en un cauce
hasta que de la brisa de tu aliento
se impregnen para siempre mis entrañas.
Amar es una envidia verde y muda,
una sutil y lúcida avaricia.
Amar es provocar el dulce instante
en que tu piel busca mi piel despierta;
saciar a un tiempo la avidez nocturna
y morir otra vez la misma muerte
provisional, desgarradora, oscura.
Amar es una sed, la de la llaga
que arde sin consumirse ni cerrarse,
y el hambre de una boca atormentada
que pide más y más y no se sacia.
Amar es una insólita lujuria
y una gula voraz, siempre desierta.
Pero amar es también cerrar los ojos,
dejar que el sueño invada nuestro cuerpo
como un río de olvido y de tinieblas,
y navegar sin rumbo, a la deriva:
porque amar es, al fin, una indolencia.
XAVIER VILLAURRUTIA
AMAR…
Amar es un sentirse transportado
por una fijación de la mirada,
por la verdad de un corazón
que no se atreve
o no se acuerda nuca
de encontrar en palabras su ventura.
Es un querer que te descubran y oigan
los suspiros que mueren en tus labios,
porque si no abrasas ese aliento
ni siquiera en la sombra del deseo,
te irás desintegrando
en un segundo,
en el furtivo roce
con el viento
que dejara su falda o su cabello
y, ya perdido,
completamente loco en el intento,
arderás cada siglo
colgado del perfume de su adiós.
ORALIA MELÉNDEZ
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